Jesucristo es único. Están todos los demás, y luego está Jesús. ¿Por qué tanta gente piensa así de esta persona?
Cristo la única persona que ha vivido con estos cuatro aspectos distintos de la vida.
¿Qué tiene de especial Cristo?
1. Tuvo una concepción única y milagrosa:
Jesús no tuvo un padre como nosotros y, por tanto, su concepción fue un milagro divino. Fue concebido en virtud únicamente del poder de Dios, y no por ninguna intervención humana o física.
A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, a visitar a una joven virgen comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José, descendiente de David. La virgen se llamaba María. El ángel se acercó a ella y le dijo: ―¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo. Ante estas palabras, María se perturbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo. ―No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David, y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin. ―¿Cómo podrá suceder esto —le preguntó María al ángel—, puesto que soy virgen? ―El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios (Injil, Lucas 1:26-35).
Los amigos musulmanes se preguntan por qué los cristianos dan tanta importancia al nacimiento del Señor Jesús de una virgen, pues afirman que Adán no tenía padre ni madre. La diferencia es importante: Adán fue creado, mientras que Cristo nació, pero sin padre, porque ya existía, y vino a nosotros en forma humana. Su naturaleza es inigualable. El profeta Isaías captó perfectamente la distinción más de 700 años antes, cuando profetizó sobre la venida del Mesías:
Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz (Isaías 9:6).
Isaías dice: “Ha nacido un niño, pero se ha dado un hijo“, lo que subraya que el Hijo existía y era un don, pero el niño fue concebido y nació. Es especialmente relevante si hubiera dicho: “Nos ha nacido un hijo“, ya que de ese modo se habría perdido toda inferencia de que Jesús era divino. Isaías continúa diciendo que este niño se llama Dios Poderoso. Los profetas anteriores no dudaron en preparar al mundo para ver que el Mesías Prometido vendría al mundo. Dios añadió a su naturaleza divina una naturaleza humana.
Tuvo una concepción única y milagrosa.
2. Vivió una vida única y milagrosa
Lo segundo que tiene de especial Jesús es que dijo e hizo cosas que sólo Dios puede decir y hacer. Perdonó pecados y transformó vidas. Realizó muchos milagros con su propia autoridad: resucitó a los muertos, curó a los paralíticos, devolvió la vista a los ciegos, hizo hablar a los mudos y limpió y curó a los leprosos. Alimentó a miles de personas con cinco panes y dos peces. Nunca reprochó a quienes lo adoraban, sino que aceptó su adoración como legítima.
Jesús también hablaba con un poder único y milagroso. Otros profetas vinieron y hablaron en nombre de Dios. Sin embargo, Jesús dijo: “Habéis oído que se dijo, … pero, yo os digo”. Hablaba como Dios. Dijo a Lázaro: “Lázaro, sal”. El hombre, que llevaba 4 días muerto, salió de la tumba. Él, como Dios, habló y fue hecho
Dijo en Juan 6:63, “Las palabras que yo os hablo son espíritu y son vida”. De nuevo dijo: “En verdad, en verdad os digo que llega la hora, y ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán” (Juan 5:25). Jesús “bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y el sábado enseñaba a la gente. Estaban asombrados de su enseñanza, porque sus palabras tenían autoridad” (Lucas 4:31-32).
La muerte y resurrección de Jesús fueron únicas y milagrosas.
4. Su prometido regreso será único y milagroso
El Mesías volverá para juzgar al mundo. El papel de Jesús en y durante el Juicio Final, incluido el anuncio de que volverá, aparece muchas veces en el Corán y en los hadices. Simplemente repitieron las profecías ya dadas más de 600 años antes por Jesús y los Apóstoles. ¡En el Islam y en Al-Bujari encontramos este planteamiento en las dos colecciones de los llamados hadices fuertes (Sahih), basados en la idea de que es Jesús quien juzga al mundo al final de los tiempos y hace toda justicia! Según Abu Hurayrah (uno de los compañeros de Mahoma), Mahoma dijo: “Por aquel que tiene mi alma en su mano, el descenso de Jesús, hijo de María, es inminente”. Él será para ti un árbitro justo. Pondrá fin a la guerra. Prodigará tales bienes que nadie deseará más. (Al-Bujari 6/496 y Muslim 2/189).
Hay otra versión que lo refuerza, siempre en la colección de los Hadices fuertes (sahih). Al-Bujari nº 2222 y nº 3448, Muslim nº 155: El Profeta (Muhammad) dijo: “Juro por Dios: Issa hijo de María descenderá para juzgar a la humanidad con justicia”. ¡Tal afirmación es extremadamente fuerte! Al final de los tiempos no será Mahoma quien regrese a la Tierra, sino Jesús. Estos dichos no son más que repeticiones de las profecías fidedignas hechas siglos antes en el Injil.
Jesucristo es, por tanto, singular y milagroso en su concepción, vida, palabras, muerte y retorno. ¿No le señala esto como la persona más excepcional y que nunca ha existido en este mundo? ¿Por qué no lee usted mismo las palabras de Jesús en su totalidad?
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