En la Torá, el Antiguo Testamento, los profetas anunciaron que Dios enviaría un Salvador. Varios siglos después se escribió el Injil (el Nuevo Testamento).

¿Qué dijeron y escribieron esos antiguos profetas sobre el Mesías prometido en las Escrituras? En esta página aprenderemos lo que Dios prometió y podremos comparar estas promesas con la vida de Jesús. De este modo, podemos identificar a Jesús como el Mesías y Salvador.

1. Los profetas dijeron que el Mesías nacería de una virgen.

700 años antes de que naciera Jesús, el profeta Isaías escribió , Por eso, el Señor mismo os dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel (Isaías 7:14).

¿Qué dice el Injil (el Nuevo Testamento)?

Un apóstol de Cristo llamado Mateo escribió:

Mateo 1
18 El nacimiento de Jesús, el Cristo, fue así: su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero, antes de unirse a él, resultó que estaba encinta por obra del Espíritu Santo.
19 Como José, su esposo, era un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza pública, resolvió divorciarse de ella en secreto. 20 Pero, cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. 21 Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». 22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: 23 «La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).
24 Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa. 25 Pero no tuvo relaciones conyugales con ella hasta que dio a luz un hijo, a quien le puso por nombre Jesús.

Esto es confirmado por: Lucas 1:26-56, 2:1-7

2. El Espíritu del Señor estará sobre él.

De nuevo, 700 años antes de que naciera Jesús, el profeta Isaías escribió sobre el Salvador prometido diciendo, El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, 2 a pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo (Isaías 61:1-2).

¿Qué dice el Injil (Nuevo Testamento)?

Un compañero de los apóstoles de Cristo, llamado Lucas, escribió:

Lucas 4
14 Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y se extendió su fama por toda aquella región. 15 Enseñaba en las sinagogas, y todos lo admiraban. 16 Fue a Nazaret, donde se había criado, y un sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre. Se levantó para hacer la lectura, 17 y le entregaron el libro del profeta Isaías. Al desenrollarlo, encontró el lugar donde está escrito: 18 «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, 19 a pregonar el año del favor del Señor». 20 Luego enrolló el libro, se lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga lo miraban detenidamente, 21 y él comenzó a hablarles: «Hoy se cumple esta Escritura en vuestra presencia».

También lo confirman: Mateo 13:53-54, Marcos 6:1-2, Lucas 6:17-23, 9:37-43, 13:10-17, 18:35-43, 19:41-44.

3. Los profetas anteriores también dijeron que sería traicionado por sus amigos.

Mil años antes de que naciera Jesús, el profeta David escribió: “Hasta mi mejor amigo, en quien yo confiaba y que compartía el pan conmigo, me ha puesto la zancadilla (Salmos 41:9).

¿Qué dice el Injil?

Un discípulo de Cristo llamado Juan escribió:

Juan 13
11 Jesús sabía quién lo iba a traicionar, y por eso dijo que no todos estaban limpios.
18 »No me refiero a todos vosotros; yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla la Escritura: “El que comparte el pan conmigo me ha puesto la zancadilla”. 19 »Os digo esto ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy.

El apóstol Mateo (capítulo 6) también escribió:

20 Al anochecer, Jesús estaba sentado a la mesa con los doce. 21 Mientras comían, les dijo: ―Os aseguro que uno de vosotros me va a traicionar. 22 Ellos se entristecieron mucho, y uno por uno comenzaron a preguntarle: ―¿Acaso seré yo, Señor? 23 ―El que mete la mano conmigo en el plato es el que me va a traicionar —respondió Jesús—. 24 A la verdad, el Hijo del hombre se irá, tal como está escrito de él, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Más le valdría a ese hombre no haber nacido. 25 ―¿Acaso seré yo, Rabí? —le dijo Judas, el que lo iba a traicionar. ―Tú lo has dicho —le contestó Jesús.
36 Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní, y les dijo: «Sentaos aquí mientras voy más allá a orar». 37 Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse triste y angustiado. 38 «Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quedaos aquí y permaneced despiertos conmigo». 39 Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».
45 Volvió de nuevo a los discípulos y les dijo: «¿Seguís durmiendo y descansando? Mirad, se acerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. 46 ¡Levantaos! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!»
47 Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una gran turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. 48 El traidor les había dado esta contraseña: «Al que dé un beso, ese es; arrestadlo». 49 En seguida Judas se acercó a Jesús y lo saludó. ―¡Rabí! —le dijo, y lo besó. 50 ―Amigo —le replicó Jesús—, ¿a qué vienes? Entonces los hombres se acercaron y prendieron a Jesús. 51 En eso, uno de los que estaban con él extendió la mano, sacó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja. 52 ―Guarda tu espada —le dijo Jesús—, porque los que a hierro matan, a hierro mueren.[g] 53 ¿Crees que no puedo acudir a mi Padre, y al instante pondría a mi disposición más de doce batallones de ángeles? 54 Pero, entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras que dicen que así tiene que suceder? 55 Y de inmediato dijo a la turba: ―¿Acaso soy un bandido,[i] para que vengáis con espadas y palos a arrestarme? Todos los días me sentaba a enseñar en el templo, y no me prendisteis. 56 Pero todo esto ha sucedido para que se cumpla lo que escribieron los profetas. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Lo confirman Marcos 14:17-21, Lucas 22:14, 21-23, Juan 13:21-30, Hechos 1:15-26

4. Estos profetas dijeron que sería abandonado por sus discípulos.

520 años antes del nacimiento de Jesús, el profeta Zacarías escribió, »¡Despierta, espada, contra mi pastor, contra el hombre en quien confío! —afirma el Señor Todopoderoso—. “Hiere al pastor para que se dispersen las ovejas” Zacarías 13:7

¿Qué dice el Injil?

El apóstol Mateo escribió:

Mateo 26
31 ―Esta misma noche —les dijo Jesús— todos vosotros me abandonaréis, porque está escrito: »“Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas del rebaño”. 32 Pero, después de que yo haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea». 33 Aunque todos te abandonen declaró Pedro, yo jamás lo haré. 34 Te aseguro le contestó Jesús que esta misma noche, antes de que cante el gallo, me negarás tres veces. 35 Aunque tenga que morir contigo insistió Pedro, jamás te negaré. Y los demás discípulos dijeron lo mismo. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.

Al escribir sobre el arresto de Jesús, Mateo continúa:
47 Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una gran turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. 48 El traidor les había dado esta contraseña: «Al que dé un beso, ese es; arrestadlo». 49 En seguida Judas se acercó a Jesús y lo saludó. ¡Rabí! le dijo, y lo besó. 50 Jesús le dijo: “Amigo, haz lo que has venido a hacer”. Entonces los hombres se acercaron y prendieron a Jesús. 51 En eso, uno de los que estaban con él extendió la mano, sacó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja. 52 Guarda tu espada le dijo Jesús, porque los que a hierro matan, a hierro mueren. 53 ¿Crees que no puedo acudir a mi Padre, y al instante pondría a mi disposición más de doce batallones de ángeles? 54 Pero, entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras que dicen que así tiene que suceder? 55 Y de inmediato dijo a la turba: ―¿Acaso soy un bandido, para que vengáis con espadas y palos a arrestarme? Todos los días me sentaba a enseñar en el templo, y no me prendisteis. 56 Pero todo esto ha sucedido para que se cumpla lo que escribieron los profetas. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Lo mismo se repite en Mateo 26:32-35, 57-58, 69-75, Marcos 14:26-31, 50-54, 66-72, Lucas 22:33-34, 54-62, Juan 18:15-18, 25-27

5. Aquellos profetas anteriores también escribieron que el Mesías sufriría y sería objeto de desprecio.

700 años antes de que naciera Jesús, el profeta Isaías escribió: El Señor omnipotente me ha abierto los oídos, y no he sido rebelde ni me he vuelto atrás. Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a los que me arrancaban la barba; ante las burlas y los escupitajos no escondí mi rostro (Isaías 50:5-6).

Puede leer más en Isaías 52:14, 53:3 Zacarías 13:6

¿Qué dice el Injil?

El apóstol Mateo escribió,

Mateo 26
63 Pero Jesús se quedó callado. Así que el sumo sacerdote insistió: ―Te ordeno en el nombre del Dios viviente que nos digas si eres el Cristo, el Hijo de Dios. 64 ―Tú lo has dicho —respondió Jesús—. Pero yo os digo a todos: De ahora en adelante veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo. 65 ―¡Ha blasfemado! —exclamó el sumo sacerdote, rasgándose las vestiduras—. ¿Para qué necesitamos más testigos? ¡Mirad, vosotros mismos habéis oído la blasfemia! 66 ¿Qué pensáis de esto? ―Merece la muerte —le contestaron. 67 Entonces algunos le escupieron en el rostro y le dieron puñetazos. Otros lo abofeteaban 68 y decían: ―A ver, Cristo, ¡adivina quién te pegó!

Luego añade en el capítulo 27
11 Mientras tanto, Jesús compareció ante el gobernador, y este le preguntó: ―¿Eres tú el rey de los judíos? ―Tú lo dices —respondió Jesús. 12 Al ser acusado por los jefes de los sacerdotes y por los ancianos, Jesús no contestó nada. 13 ―¿No oyes lo que declaran contra ti? —le dijo Pilato. 14 Pero Jesús no respondió ni a una sola acusación, por lo que el gobernador se llenó de asombro. 15 Ahora bien, durante la fiesta el gobernador acostumbraba soltar un preso que la gente escogiera. 16 Tenían un preso famoso llamado Barrabás. 17-18 Así que, cuando se reunió la multitud, Pilato, que sabía que le habían entregado a Jesús por envidia, les preguntó:―¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás o a Jesús, al que llaman Cristo? 19 Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: «No te metas con ese justo, pues, por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño». 20 Pero los jefes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud a que le pidiera a Pilato soltar a Barrabás y ejecutar a Jesús. 21 ―¿A cuál de los dos queréis que os suelte? —preguntó el gobernador. Y dijeron: “Barrabás”.

Se confirma en Marcos 14:65, 15:15-20, Lucas 22:1-2, 63, 23:13-25, Juan 18:22, 19:1-3

6. Será contado entre los criminales.

El profeta Isaías escribió: Derramó su vida hasta la muerte, y fue contado entre los transgresores. Cargó con el pecado de muchos, e intercedió por los pecadores (Isaías 53:12).

¿Qué dice el Injil?

Lucas escribió que Jesús dijo a sus discípulos,
Porque os digo que tiene que cumplirse en mí aquello que está escrito: “Y fue contado entre los transgresores”. En efecto, lo que se ha escrito de mí se está cumpliendo (Lucas 22:37).

Después de decir cómo fue condenado Jesús, Lucas continúa:
También llevaban con él a otros dos, ambos criminales, para ser ejecutados. Cuando llegaron al lugar llamado la Calavera, lo crucificaron allí, junto con los criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda.
Lucas 23:32-33

También lo confirman: Mateo 27:38, Marcos 15:27-28, Juan 19:18

7. Los hombres echarán suertes y apostarán por su abrigo.

Mil años antes de que naciera Jesús, el profeta David escribió esto en un Salmo: “Se reparten entre ellos mis vestidos y sobre mi ropa echan suertes” (Salmos 22:18).

¿Por qué no leer todo el Salmo 22? Estaba escrito y en uso desde 1000 años antes de que Jesús fuera llevado a la Cruz. Indica claramente que los antiguos profetas creían que el Mesías moriría.

¿Qué dice el Injil?

El apóstol Juan escribió:

Juan 19
23 Cuando los soldados crucificaron a Jesús, tomaron su manto y lo partieron en cuatro partes, una para cada uno de ellos. Tomaron también la túnica, la cual no tenía costura, sino que era de una sola pieza, tejida de arriba abajo. 24 ―No la dividamos —se dijeron unos a otros—. Echemos suertes para ver a quién le toca. Y así lo hicieron los soldados. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: «Se repartieron entre ellos mi manto, y sobre mi ropa echaron suertes». Por eso los soldados hicieron estas cosas.

Así lo confirman Mateo 27:35, Lucas 23:33-34

8. Se profetizó que la gente se burlaría de Él en su angustia.

Mil años antes de que naciera Jesús, el profeta David escribió sobre él: Pero yo, gusano soy y no hombre; la gente se burla de mí, el pueblo me desprecia. Cuantos me ven, se ríen de mí; lanzan insultos, meneando la cabeza: «Este confía en el Señor, ¡pues que el Señor lo ponga a salvo! Ya que en él se deleita, ¡que sea él quien lo libre!»” (Salmo 22:6-8)

¿Qué dice el Injil?

El apóstol Mateo describió lo que sucedía mientras Jesús colgaba de la cruz:

Mateo 27 y 28
39 Los que pasaban meneaban la cabeza y blasfemaban contra él: 40 ―Tú, que destruyes el templo y en tres días lo reconstruyes, ¡sálvate a ti mismo! ¡Si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz! 41 De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes, junto con los maestros de la ley y los ancianos. 42 ―Salvó a otros —decían—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo! ¡Y es el Rey de Israel! Que baje ahora de la cruz, y así creeremos en él. 43 Él confía en Dios; pues que lo libre Dios ahora, si de veras lo quiere. ¿Acaso no dijo: “Yo soy el Hijo de Dios”? 44 Así también lo insultaban los bandidos que estaban crucificados con él.

Lea lo mismo en Mateo 27:27-31, Marcos 15:16-20, 29-32, Lucas 22:63-65, 23:11, 35-37, 39, Juan 19:3

9. Sufrirá de sed.

El profeta David escribió 1000 años antes del Mesías: “para calmar mi sed me dieron vinagre” (Salmo 69:21).

¿Qué dice el Injil?

El apóstol Juan dice de Jesús en la cruz:

Juan 19
28 Después de esto, como Jesús sabía que ya todo había terminado, y para que se cumpliera la Escritura, dijo: ―Tengo sed. 29 Había allí una vasija llena de vinagre; así que empaparon una esponja en el vinagre, la pusieron en una caña[c] y se la acercaron a la boca. 30 Al probar Jesús el vinagre, dijo: ―Todo se ha cumplido. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu.”

Lo confirman: Mateo 27:48 Marcos 15:36 Lucas 23:36

10. Ninguno de sus huesos será quebrado, pero su cuerpo será traspasado.

Una vez mas el Profeta David escribió mucho antes de que Jesús viniera, y mucho antes de que la crucifixión fuera usada para ejecuciones bajo los Romanos: Él (el Señor) le protegerá todos los huesos, y ni uno solo le quebrarán. – Salmo 34:20

También escribió: “Como perros de presa, me han rodeado; me ha cercado una banda de malvados; me han traspasado las manos y los pies” (Salmos 22:16).

El profeta Zacarías, 500 años antes de que naciera el Salvador, dice: “y entonces pondrán sus ojos en mí. Harán lamentación por el que traspasaron” (Zacarías 12:10).

¿Qué dice el Injil?

El apóstol Juan escribió:

Juan 19
30 Al probar Jesús el vinagre, dijo: ―Todo se ha cumplido. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu.
31 Era el día de la preparación para la Pascua. Los judíos no querían que los cuerpos permanecieran en la cruz en sábado, por ser este un día muy solemne. Así que pidieron a Pilato ordenar que se quebraran las piernas a los crucificados y bajaran sus cuerpos. 32 Fueron entonces los soldados y quebraron las piernas al primer hombre que había sido crucificado con Jesús, y luego al otro. 33 Pero, cuando se acercaron a Jesús y vieron que ya estaba muerto, no quebraron sus piernas, 34 sino que uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante le brotó sangre y agua. 35 El que lo vio ha dado testimonio de ello, y su testimonio es verídico. Él sabe que dice la verdad, para que también vosotros creáis. 36 Estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán ningún hueso» 37 y, como dice otra Escritura: «Mirarán al que han traspasado».

Lea más en: Juan 20:19-29

11. Será condenado a muerte.

El profeta Isaías escribió, Maltratado y humillado, ni siquiera abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; como oveja enmudeció ante su trasquilador; y ni siquiera abrió su boca. Después de prenderlo y juzgarlo, le dieron muerte; nadie se preocupó de su descendencia. Fue arrancado de la tierra de los vivientes, y golpeado por la transgresión de mi pueblo. Se le asignó un sepulcro con los malvados, y murió entre los malhechores, aunque nunca cometió violencia alguna, ni hubo engaño en su boca (Isaías 53:7-95).

Véase también Salmo 22:15-18

¿Qué dice el Injil?

Lucas escribió esto:

Lucas 23
26 Cuando se lo llevaban, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús.
32 También llevaban con él a otros dos, ambos criminales, para ser ejecutados. 33 Cuando llegaron al lugar llamado la Calavera, lo crucificaron allí, junto con los criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda.
34 ―Padre —dijo Jesús—, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Mientras tanto, echaban suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús 35 La gente, por su parte, se quedó allí observando, y aun los gobernantes estaban burlándose de él. ―Salvó a otros —decían—; que se salve a sí mismo si es el Cristo de Dios, el Escogido. 36 También los soldados se acercaron para burlarse de él. Le ofrecieron vinagre 37 y le dijeron: ―Si eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. 38 Resulta que había sobre él un letrero, que decía: «Este es el Rey de los judíos». 39 Uno de los criminales allí colgados empezó a insultarlo: ―¿No eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros! 40 Pero el otro criminal lo reprendió: ―¿Ni siquiera temor de Dios tienes, aunque sufres la misma condena? 41 En nuestro caso, el castigo es justo, pues sufrimos lo que merecen nuestros delitos; este, en cambio, no ha hecho nada malo. 42 Luego dijo: ―Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 43 ―Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso —le contestó Jesús.
44 Desde el mediodía y hasta la media tarde[e] toda la tierra quedó sumida en la oscuridad, 45 pues el sol se ocultó. Y la cortina del santuario del templo se rasgó en dos. 46 Entonces Jesús exclamó con fuerza: ―¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, expiró. 47 El centurión, al ver lo que había sucedido, alabó a Dios y dijo: verdaderamente este hombre era justo.

Añadió un compañero de los apóstoles llamado Marcos:

Marcos 15
44 Pilato, sorprendido de que ya hubiera muerto, llamó al centurión y le preguntó si hacía mucho que había muerto. 45 Una vez informado por el centurión, le entregó el cuerpo a José. 46 Entonces José bajó el cuerpo, lo envolvió en una sábana que había comprado y lo puso en un sepulcro cavado en la roca. Luego hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.

Esto también se describe en Mateo 27:31-50 Marcos 15:20-39 Juan 19:16-37

12. Será enterrado.

700 años antes, el profeta Isaías escribió sobre el Mesías: Después de prenderlo y juzgarlo, le dieron muerte; nadie se preocupó de su descendencia. Fue arrancado de la tierra de los vivientes, y golpeado por la transgresión de mi pueblo. Se le asignó un sepulcro con los malvados, y murió entre los malhechores, aunque nunca cometió violencia alguna, ni hubo engaño en su boca (Isaías 53:8-9).

¿Qué dice el Injil?

El apóstol Juan escribió:

Juan 19
38 Después de esto, José de Arimatea pidió a Pilato el cuerpo de Jesús. José era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos. Con el permiso de Pilato, fue y retiró el cuerpo. 39 También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, llegó con unos treinta y cuatro kilos de una mezcla de mirra y áloe. 40 Ambos tomaron el cuerpo de Jesús y, conforme a la costumbre judía de dar sepultura, lo envolvieron en vendas con las especias aromáticas. 41 En el lugar donde crucificaron a Jesús había un huerto, y en el huerto, un sepulcro nuevo en el que todavía no se había sepultado a nadie. 42 Como era el día judío de la preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.

También lo confirman: Mateo 27:57-61, Marcos 15:42-47, Lucas 23:50-56, Romanos 6:4, 1 Corintios 15:3-4

13. Sorprendentemente, los profetas escribieron que resucitaría de entre los muertos.

El profeta David escribió: Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer. Por eso mi corazón se alegra, y se regocijan mis entrañas;[a] todo mi ser se llena de confianza. No dejarás que mi vida termine en el sepulcro; no permitirás que sufra corrupción tu siervo fiel. Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha (Salmo 16:8-11).

Véase también Isaías 53:10-12

¿Qué dice el Injil?

Lucas escribió que Jesús predijo su resurrección:

Lucas 18
31 Entonces Jesús tomó aparte a los doce y les dijo: «Ahora vamos rumbo a Jerusalén, donde se cumplirá todo lo que escribieron los profetas acerca del Hijo del hombre. 32 En efecto, será entregado a los gentiles. Se burlarán de él, lo insultarán, le escupirán; 33 y, después de azotarlo, lo matarán. Pero al tercer día resucitará». 34 Los discípulos no entendieron nada de esto. Les era incomprensible, pues no captaban el sentido de lo que les hablaba.

El apóstol Mateo escribió después de la muerte y sepultura de Jesús:

Mateo 27 y 28
62 Al día siguiente, después del día de la preparación, los jefes de los sacerdotes y los fariseos se presentaron ante Pilato. 63 ―Señor —dijeron—, nosotros recordamos que mientras ese engañador aún vivía dijo: “A los tres días resucitaré”. 64 Por eso, ordena que se selle el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo que ha resucitado. Ese último engaño sería peor que el primero. 65 ―Llevaos una guardia de soldados —les ordenó Pilato—, e id a asegurar el sepulcro lo mejor que podáis. 66 Así que ellos fueron, cerraron el sepulcro con una piedra y lo sellaron; y dejaron puesta la guardia.
1 Después del sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. 2 Sucedió que hubo un terremoto violento, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra y se sentó sobre ella. 3 Su aspecto era como el de un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. 4 Los guardias tuvieron tanto miedo de él que se pusieron a temblar y quedaron como muertos. 5 El ángel dijo a las mujeres: ―No tengáis miedo; sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. 6 No está aquí, pues ha resucitado, tal como dijo. Venid a ver el lugar donde lo pusieron. 7 Por tanto, id pronto a decir a sus discípulos: “Él se ha levantado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis”. Ahora ya lo sabéis. 8 Así que las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, asustadas pero muy alegres, y corrieron a dar la noticia a los discípulos. 9 En eso Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se acercaron, abrazaron sus pies y lo adoraron. 10 ―No tengáis miedo —les dijo Jesús—. Id a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y allí me verán.
11 Mientras las mujeres iban de camino, algunos de los guardias entraron en la ciudad e informaron a los jefes de los sacerdotes de todo lo que había sucedido. 12 Después de reunirse estos jefes con los ancianos y de trazar un plan, les dieron a los soldados una fuerte suma de dinero 13 y les encargaron: «Decid que los discípulos de Jesús vinieron por la noche y que, mientras dormíais, robaron el cuerpo. 14 Y, si el gobernador llega a enterarse de esto, nosotros responderemos por vosotros y os evitaremos cualquier problema». 15 Así que los soldados tomaron el dinero e hicieron como se les había instruido. Esta es la versión de los sucesos que hasta el día de hoy ha circulado entre los judíos.
16 Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña que Jesús les había indicado. 17 Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban.

Más tarde, un apóstol de Cristo llamado Pedro dijo,

Hechos 2:23-32
22 »Pueblo de Israel, escuchad esto: Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por Dios ante vosotros con milagros, señales y prodigios, los cuales realizó Dios entre vosotros por medio de él, como bien sabéis. 23 Este fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios; y, por medio de gente malvada, vosotros lo matasteis, clavándolo en la cruz. 24 Sin embargo, Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque era imposible que la muerte lo mantuviera bajo su dominio. 25 En efecto, David dijo de él: »“Veía yo al Señor siempre delante de mí, porque él está a mi derecha para que no caiga. 26 Por eso mi corazón se alegra, y canta con gozo mi lengua; mi cuerpo también vivirá en esperanza. 27 No dejarás que mi vida termine en el sepulcro; no permitirás que tu santo sufra corrupción. 28 Me has dado a conocer los caminos de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia”. 29 »Hermanos, permitidme hablaros con franqueza acerca del patriarca David, que murió y fue sepultado, y cuyo sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. 30 Era profeta y sabía que Dios le había prometido bajo juramento poner en el trono a uno de sus descendientes. 31 Fue así como previó lo que iba a suceder. Refiriéndose a la resurrección del Mesías, afirmó que Dios no dejaría que su vida terminara en el sepulcro, ni que su fin fuera la corrupción. 32 A este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos. 33 Exaltado por el poder de Dios, y habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, ha derramado esto que vosotros ahora veis y oís. 34 David no subió al cielo, y sin embargo declaró: »“Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, 35 hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies”. 36 »Por tanto, sepa bien todo Israel que a este Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha hecho Señor y Mesías».

Esto también se describe en Lucas 24:1-48, Juan 20:1-31, 21:1-25, Hechos 1:1-3, 10:40-41, Romanos 1:3-4 y 1 Corintios 15:3-8, 12-20

14. Profetizaron que ascendería al cielo.

El profeta David escribió: Cuando tú, Dios y Señor, ascendiste a las alturas, te llevaste contigo a los cautivos; tomaste tributo de los hombres, hombres (Salmos 68:18).

Véase también Isaías 52:13

¿Qué dice el Injil?

Después de dar testimonio de la resurrección de Jesús, Lucas escribió:

Lucas 24
50 Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo. 51 Sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo. 52 Ellos, entonces, lo adoraron y luego regresaron a Jerusalén con gran alegría. 53 Y estaban continuamente en el templo, alabando a Dios.

También escribió:

Hechos 1
10 Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repente, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: 11 ―Galileos, ¿qué hacéis aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre vosotros al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo habéis visto irse.

Un apóstol llamado Pablo también escribió:

Efesios 4:7-10
7 Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado gracia en la medida en que Cristo ha repartido los dones. 8 Por esto dice: «Cuando ascendió a lo alto, se llevó consigo a los cautivos y dio dones a los hombres». 9 (¿Qué quiere decir eso de que «ascendió», sino que también descendió a las partes bajas, o sea, a la tierra? 10 El que descendió es el mismo que ascendió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo).

Se repite en: 1 Timoteo 3:16

15. El Mesías, dijeron los profetas, estaría libre de pecado.

El profeta Isaías escribió: Se le asignó un sepulcro con los malvados, y murió entre los malhechores, aunque nunca cometió violencia alguna, ni hubo engaño en su boca (Isaías 53:9).

¿Qué dice el Injil?

El apóstol Pedro escribió sobre Jesús:

1 Pedro 2
21 Para esto fuisteis llamados, porque Cristo sufrió por vosotros, dándoos ejemplo para que sigáis sus pasos. 22 «Él no cometió ningún pecado, ni hubo engaño en su boca».

También dijo a los judíos,

Hechos 3:14-15
14 Rechazasteis al Santo y Justo, y pedisteis que se indultara a un asesino. 15 Matasteis al autor de la vida, pero Dios lo levantó de entre los muertos, y de eso nosotros somos testigos.

También lo confirman Mateo 27:1-5, 23, Lucas 23:4

16. Los profetas anteriores dijeron muy específicamente que el Mesías sufriría y moriría por los pecados de otros, en lugar de ellos, en su lugar y en su nombre.

El profeta Isaías escribió en Isaías 53:4-12:
Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados. Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros. Maltratado y humillado, ni siquiera abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; como oveja enmudeció ante su trasquilador; y ni siquiera abrió su boca. Después de prenderlo y juzgarlo, le dieron muerte; nadie se preocupó de su descendencia. Fue arrancado de la tierra de los vivientes, y golpeado por la transgresión de mi pueblo. Se le asignó un sepulcro con los malvados, y murió entre los malhechores, aunque nunca cometió violencia alguna, ni hubo engaño en su boca.
Pero a Yahveh le ha placido herirlo; lo ha castigado. Cuando hagas de su alma una ofrenda por el pecado, verá su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del SEÑOR prosperará en su mano. 11 Después de su sufrimiento, verá la luz y quedará satisfecho; por su conocimiento mi siervo justo justificará a muchos, y cargará con las iniquidades de ellos. 12 Por lo tanto, le daré un puesto entre los grandes, y repartirá el botín con los fuertes, porque derramó su vida hasta la muerte, y fue contado entre los transgresores. Cargó con el pecado de muchos, e intercedió por los pecadores.

¿Qué dice el Injil?

Luke escribió:

Hechos 8
26 Un ángel del Señor le dijo a Felipe: «Ponte en marcha hacia el sur, por el camino del desierto que baja de Jerusalén a Gaza». 27 Felipe emprendió el viaje, y resulta que se encontró con un etíope eunuco, alto funcionario encargado de todo el tesoro de Candace, reina de los etíopes. Este había ido a Jerusalén para adorar 28 y, en el viaje de regreso a su país, iba sentado en su carroza, leyendo el libro del profeta Isaías. 29 El Espíritu le dijo a Felipe: «Acércate y júntate a ese carro». 30 Felipe se acercó de prisa a la carroza y, al oír que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó: ―¿Acaso entiendes lo que estás leyendo? 31 ―¿Y cómo voy a entenderlo —contestó— si nadie me lo explica? Así que invitó a Felipe a subir y sentarse con él. 32 El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era el siguiente: «Como oveja, fue llevado al matadero; y como cordero que enmudece ante su trasquilador, ni siquiera abrió su boca. 33 Lo humillaron y no le hicieron justicia. ¿Quién describirá su descendencia? Porque su vida fue arrancada de la tierra». 34 ―Dime, por favor, ¿de quién habla aquí el profeta, de sí mismo o de algún otro? —le preguntó el eunuco a Felipe. 35 Entonces Felipe, comenzando con ese mismo pasaje de la Escritura, le anunció las buenas nuevas acerca de Jesús.

El apóstol Pedro también escribió:

1 Pedro 2
24 Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas habéis sido sanados. 25 Antes erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor que cuida de vuestras vidas.

El apóstol Pablo escribió:

1 Corintios 15:3-4
3 Porque ante todo os transmití lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, 4 que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras,

Se repite constantemente en el Injil: Romanos 5:6-8, 1 Juan 4:9-10

17. Dios cumple su plan a través de Jesucristo.

Lucas atestigua que Jesús, después de resucitar de entre los muertos, dijo a sus discípulos:

Lucas 24:25-27, 44-48
25 ―¡Qué torpes sois —les dijo—, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas! 26 ¿Acaso no tenía que sufrir el Cristo estas cosas antes de entrar en su gloria? 27 Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.
44 ―Cuando todavía estaba yo con vosotros, os decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. 45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras. 46 ―Esto es lo que está escrito —les explicó—: que el Cristo padecerá y resucitará al tercer día, 47 y en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. 48 Vosotros sois testigos de estas cosas.

El apóstol Pablo escribió:

Hechos 3:18-19
18 Pero de este modo Dios cumplió lo que de antemano había anunciado por medio de todos los profetas: que su Mesías tenía que padecer. 19 Por tanto, para que sean borrados vuestros pecados, arrepentíos y volveos a Dios,

Véase también Hechos 4:27-28, 10:34-43, 13:26-41

¿Es Jesucristo su Salvador?

El apóstol Pablo escribió:

1 Timoteo 2
5 Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6 quien dio su vida como rescate por todos. Este testimonio Dios lo ha dado a su debido tiempo,

Un apóstol dio testimonio de Jesucristo, diciendo,

Hechos 4
12 De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos».

También dijo,

Hechos 10
42 Él nos mandó a predicar al pueblo y a dar solemne testimonio de que ha sido nombrado por Dios como juez de vivos y muertos. 43 De él dan testimonio todos los profetas, que todo el que cree en él recibe, por medio de su nombre, el perdón de los pecados.

El apóstol Pablo escribió:

Romanos 10
9 que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.

Jesús mismo lo dijo,

Mateo 11
28 »Venid a mí todos vosotros que estáis cansados y agobiados, y yo os daré descanso. 29 Cargad con mi yugo y aprended de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestra alma. 30 Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana».

Conclusión

El apóstol Pedro escribió:

1 Pedro 1
10 Los profetas, que anunciaron la gracia reservada para vosotros, estudiaron cuidadosamente esta salvación. 11 Querían descubrir a qué tiempo y a qué circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando testificó de antemano acerca de los sufrimientos de Cristo y de la gloria que vendría después de estos. 12 A ellos se les reveló que no se estaban sirviendo a sí mismos, sino que os servían a vosotros. Hablaban de las cosas que ahora os han anunciado los que os predicaron el evangelio por medio del Espíritu Santo enviado del cielo. Aun los mismos ángeles anhelan contemplar esas cosas.
13 Por eso, disponeos para actuar con inteligencia; tened dominio propio; poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os dará cuando se revele Jesucristo.


NOTA Acabas de terminar tu lectura y has visto que Dios ha cumplido perfectamente su plan de salvación enviando a Jesucristo al mundo. Consigue una Biblia y léela. Verás por ti mismo que la Torá (Antiguo Testamento) y el Injil (Nuevo Testamento) coinciden en que Jesucristo fue elegido por Dios para ser tu Salvador.