¿Cómo puedo conocer a Dios?

Esta es sin duda, una de las preguntas más cruciales que hay que plantearse.

Sin embargo, la cuestión no es si Dios existe o no. No quiero dar una larga explicación de cómo sabemos que Él existe. De hecho, no hay necesidad real de debatirlo porque la conciencia del hombre atestigua la realidad de la existencia de Dios. Sabemos que Dios existe. Está imbricada en la naturaleza humana. Es innato en nosotros. Por otro lado, lo que no sabemos es cómo es Dios o simplemente: ¿Quién es?

Una cosa es creer que Dios existe y otra es poder afirmar claramente CONOCER A DIOS. La Biblia afirma que Dios puede ser conocido. Nos desafía y nos urge sobre todo a ir en busca de Dios en las palabras “Buscad a Senor mientras puede ser hallado; invocadle, mientras está cerca” Isaías 55:6.

¿Cómo podemos conocer a Dios?

El que cree en Dios también le amará y adorará, porque Dios es infinito y eterno. Él es nuestro Creador. Por eso es tan importante tener un concepto correcto de Dios. Sólo cuando tenemos una comprensión correcta de Dios nuestra adoración es aceptable. Si nuestros pensamientos son totalmente erróneos, entonces adoraremos a un dios falso, que no es más que un dios de nuestra imaginación. El único Dios vivo y verdadero querría que supiéramos quién es. Quiere que le entendamos y le conozcamos correctamente.

¿Pueden ayudarnos los científicos?

¿Cómo podemos entonces conocer a Dios? ¿Pueden los científicos ayudarnos en esta búsqueda? No, este no es su campo de estudio ni su ámbito de conocimiento. Les interesa más el curso de la naturaleza que su origen. La ciencia trata de responder al “cómo” de las cosas y no al “por qué”. No obstante, el esmerado interés del científico por perseguir la verdad y su sincero deseo de adherirse a las leyes naturales probadas no son de poca importancia.

¿Pueden ayudarnos los filósofos?

¿Quizás un filósofo podría ayudarnos? Una vez más, la respuesta es no, porque los filósofos se ocupan más del análisis de las palabras y las ideas. Sin embargo, no crea que rechazamos de plano el beneficio de aprender de la lógica de los argumentos filosóficos.

Contrariamente a todo esto, la teología, que es el estudio de Dios y sus atributos, se basa más en los hechos. La fe cristiana no es sólo una serie de ideas. La Biblia está escrita como una historia. Nuestra fe se basa en hechos.

¿Dónde podemos encontrar ayuda?

El hombre por sus propios esfuerzos, no ha podido ni podrá jamás llegar a conocer a Dios. A menos que Dios venga en nuestro rescate para revelarse a nosotros. La pregunta, entonces, es si Dios quiere realmente darse a conocer. ¿Quiere que los hombres le conozcan de verdad? Habiendo creado al hombre, ¿no es evidente que quiera que le conozca? Y desde el momento en que decidió revelarse al hombre, ¿cómo lo haría?

A veces una simple ilustración nos ayuda a comprender verdades muy profundas. Imaginemos que un hábil maestro carpintero del que nunca habíamos oído hablar y que vive bastante lejos de nosotros decide darse a conocer. ¿Cómo va a hacerlo?

En otra sección he explicado cómo Dios se ha revelado a través de la Creación, las Escrituras y, finalmente, a través de Cristo. Hizo un Universo que habla de Su infinito poder y sabiduría. Él hizo que los hombres escribieran sin error, describiendo Quién es Él y lo que Él requiere de nosotros. Finalmente, Él vino a rescatarnos. El Hijo de Dios se hizo Hombre. Vivió sin pecado y murió para recibir la pena que merecemos.

En conclusión entonces, cuando hacemos la pregunta, “¿Cómo puede un hombre conocer a Dios?” La respuesta es: a través de la creación, la Biblia y Jesucristo. Notemos, sin embargo, que el deseo de Dios no es sólo darnos una mente llena de información exacta y precisa sobre Él.

Prefiere que lleguemos a un conocimiento de Dios como Persona, como nuestro Dios y Padre y incluso como amigo más cercano que cualquier hermano. Él se ha revelado para que ya no sea un extraño para nosotros, para que le amemos con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma.

Puedes conocer muchos datos y hechos acerca de Dios, pero lo más importante es conocerle personal y íntimamente como un amoroso Padre celestial. Esto se logra recibiendo al Señor Jesucristo en tu vida y confiando plenamente en Él. Jesús te invita a venir a Él y encontrarte con Dios cara a cara.

¿De verdad quieres encontrar a Dios?

Acepta la invitación de Cristo y cree en él. “Me buscaréis y me encontraréis, si me buscáis de todo corazón”. “Seré hallado por vosotros, dice el Señor…” (Jeremías 29:13). Puedes recibir a Jesús en tu vida hablándole ahora a través de una oración sincera. Ábrele tu corazón, reconoce tus pecados y confiésalos. Pídele a Dios que lave todos tus pecados con la sangre de Jesús derramada en la cruz. Dios perdona a los que se humillan ante Él. Él sabe lo que tienes en el corazón, por lo que es inútil ocultarle algo. Él quiere que te dirijas a Él para conocerle y amarle, y no solo para saber de Él.