¿Qué tiene de malo comer la fruta?
Cuando Adán y su mujer tomaron el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, cometieron un grave pecado(Génesis 2: 16-17; 3: 1-6).
No era la fruta lo que hacía grave este acto, sino el hecho de que al comerla expresaban lo que pensaban de Dios y cómo se comportaban con Él.
En primer lugar, Dios les había dado generosamente comida de todos los demás árboles del jardín. Les resultó fácil no comer de este árbol precisamente porque todos los demás eran para ellos. Pero comer de ese árbol era decir: “Dios no fue bueno con nosotros. Dios nos está ocultando algo”.
En segundo lugar, Dios sólo les había prohibido comer de este árbol. Comer la fruta era decir: “No tengo que obedecer a Dios. ¡Él no es mi líder! ¡Él no es mi Señor! ”
En tercer lugar, Dios les había advertido que al comer la fruta morirían. Adán conocía las palabras pronunciadas por Dios. De hecho, al desobedecer a Dios, expresó lo siguiente: “Dios es un mentiroso. No lo creo. ”
En cuarto lugar, Dios era amigo de Adán, caminaba y hablaba con él en el jardín. Cuando Adán comió el fruto prohibido, fue como si hubiera dicho: “Prefiero un trozo de fruta que a Dios. Amo más a la creación de Dios que a Dios mismo. La comunión con Dios no tiene gran valor”.
Quinto, Dios no sólo fue el Creador de Adán, sabiendo lo que era mejor para él, también fue su maestro y guía. Pero Adán ha llegado a considerar que podía decidir lo que era mejor para él y lo que le haría sabio. Su acción grita con fuerza: “No quiero escuchar la sabiduría de Dios. Tengo mi propia sabiduría”. ”
Motivos…
Este acto traiciona toda una serie de actitudes y motivos: egoísmo, arrogancia, obstinación, rechazo de Dios, pérdida de amor a Dios, y más. Vemos que comer una fruta pequeña en este caso es un grave insulto a Dios. Con este acto, Adán se negó a reconocer la bondad, la autoridad, la verdad, el valor y la sabiduría de Dios. Literalmente rechazó a Dios y rompió el pacto que existía entre ellos. Es la misma actitud que tenemos hoy en nuestras vidas. Era justo que Dios castigara a Adán por este pecado.
Misericordia
Desde esta perspectiva podemos apreciar la promesa que Dios hizo a Adán y Eva en Génesis 3:15
Este es el contexto registrado por el profeta Moisés (Génesis, versículos 9-21):
Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo: ―¿Dónde estás? El hombre contestó: ―Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí.
―¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? —le preguntó Dios—. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer? Él respondió: ―La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí. Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer: ―¿Qué es lo que has hecho? ―La serpiente me engañó, y comí —contestó ella.
Dios el Señor dijo entonces a la serpiente: «Por causa de lo que has hecho, ¡maldita serás entre todos los animales, tanto domésticos como salvajes! Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón».
A la mujer le dijo: «Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor. Desearás a tu marido, y él te dominará».
Al hombre le dijo: «Por cuanto le hiciste caso a tu mujer, y comiste del árbol del que te prohibí comer, ¡maldita será la tierra por tu culpa! Con penosos trabajos comerás de ella todos los días de tu vida. La tierra te producirá cardos y espinas, y comerás hierbas silvestres. Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás».
El hombre llamó Eva a su mujer, porque ella sería la madre de todo ser viviente.
Dios el Señor hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió.
En estos versículos vemos la seriedad del pecado, pero también una promesa de que la ‘semilla’ de Eva aplastaría a Satanás, pero que Satanás ‘magullaría su talón’. Pero también vemos que mientras Adán y Eva trataron de cubrirse con algo que hicieron de hojas, Dios les hizo ropas y coberturas de la piel de un animal. El animal murió y ellos, como pecadores, quedaron cubiertos. Es la primera promesa concerniente al Mesías, y la primera imagen que muestra lo que Él haría. Su “cobertura” sería dada para cubrir el pecado y la vergüenza de hombres y mujeres. No pueden enmendar su propio pecado. El sacrificio murió. Estaban cubiertos.
Aquellos que conocen el resto de la Torá y los escritos de David y los profetas, saben que este tema de un sacrificio que necesita morir para que los pecadores puedan ser aceptados, prepara al mundo para saber que Dios trata tan seriamente incluso un solo pecado que no necesitamos un maestro que nos diga que nos esforcemos más y lo hagamos mejor. Necesitamos un Salvador que pague la pena eterna por nuestros pecados.
La Torá nos prepara para el Mesías, que era el Cordero de Dios. Nuestra está cubierta por Su justicia perfecta y sin pecado cuando confiamos en Él.
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